El olor a humedad en los armarios es un problema muy común, especialmente en espacios poco ventilados o durante épocas frías y lluviosas. Afortunadamente, eliminar ese olor desagradable no requiere productos caros ni un esfuerzo excesivo. Con unos pasos simples y materiales básicos, podrás devolverle a tus armarios un ambiente fresco, seco y agradable.
Para ello, solo necesitarás bicarbonato de sodio, vinagre blanco, un trapo de microfibra, un recipiente pequeño (como un tazón o vaso) y, de forma opcional, algunas bolsitas de tela o carbón activado. Lo primero que debes hacer es vaciar completamente el armario: saca toda la ropa, zapatos o cajas que tengas dentro, y aprovecha para revisar si algún objeto está húmedo o dañado, ya que podría ser la fuente del mal olor. Luego, mezcla una parte de vinagre blanco con una parte de agua y, con el trapo de microfibra humedecido en esta solución, limpia cuidadosamente todas las superficies internas del armario: paredes, baldas y el suelo. Deja la puerta abierta hasta que esté completamente seco. El vinagre actuará eliminando hongos y bacterias responsables del mal olor.
Una vez limpio y seco, coloca en una esquina del armario un pequeño recipiente con bicarbonato de sodio, que actuará como absorbente natural. Cámbialo cada quince días para mantener su eficacia. Si prefieres, puedes usar bolsitas de tela rellenas de bicarbonato o incluso carbón activado, otra excelente opción para absorber humedad. Para mejorar la ventilación, deja el armario abierto durante algunas horas al día si es posible, o al menos abre una rendija cuando no estés en casa. Si el ambiente en tu hogar es especialmente húmedo, considera instalar un pequeño deshumidificador.
Como toque final, puedes añadir un ambientador casero: unas bolsitas de tela con arroz y unas gotas de aceite esencial (como lavanda, limón o eucalipto) aportarán un aroma natural sin necesidad de usar productos químicos. Para mantener el buen olor a largo plazo, limpia el interior del armario al menos una vez al mes, no guardes ropa húmeda o recién planchada y asegúrate de que el armario no esté apoyado directamente sobre una pared fría o con filtraciones.